EL SNOWBOARD

No se sabe con exactitud la fecha en la que este fabuloso deporte nació. Lo que sí se sabe es que las primeras tablas nacieron en las montañas. En 1965, el ingeniero norteamericano Sherman Poppen inventó el Snurfermas, conocido hoy en día como snowboard.

El invento era una sencilla tabla de madera contrachapada, mucho más pequeña que las tablas actuales, la cual no tenía plataformas para los pies pero sí una cuerda en la punta de la misma que servía para mantener el equilibrio.

Ya para el año 1969 el surfista y aficionado al esquí Dimitrije Milovich comenzó a diseñar tablas de snowboard, utilizando además de madera laminada el poliéster.

Ropa

Una de las cosas más importantes al momento de practicar un deporte de invierno es poseer la vestimenta adecuada y usarla correctamente.

La ropa de snowboard va por capas, osea primero va una camiseta, luego un polar y por último los pantalones. Si bien tiene que abrigar porque las temperaturas son bajo cero, la ropa de snowboard tambien tiene que permitir la posibilidad de movimiento, ya que las piruetas y los saltos se deben realizar libremente evitando que la ropa se convierta en un estorbo u obstáculo.

Pistas

Entre las diversas pistas en las que se puede practicar este deporte extremo, siempre existe uno que logra impactar a la mayoría de las personas que lo vistan por sus formas y paisajes, y esa pista es la de Valle Nevado en Chile. Con más de 34 pistas pisadas de Valle Nevado se distribuyen en 120 hectáreas de las 9.000 de superficie esquiable.
La dificultad de esta pista es de 4, y son asignadas para principiantes, 10 para nivel intermedio, 14 para avanzados y pistas para esquiadores expertos.
Las pistas de snowboard tienen un desnivel de más de 810 metros, marca el punto esquiable más alto en la cima del cerro Tres Puntas, a 3.670 metros de altura, y el más bajo a 2.860 metros.

Tablas

Actualmente, las tablas de snowboard son productos muy variados en cuanto a su diseño y construcción.
Multiples factores influyen en una buena elección de tabla, por ejemplo, el lugar destinado a surfear, el nivel del snowboarder, sus características físicas, el estado de la nieve, el tipo de descenso que se tenga previsto realizar, etc ; por eso, lo ideal sería disponer de dos o tres tablas diferentes para poder utilizarlas en cada ocasión. Sin embargo, si no se dispone del recurso suficiente para poder obtenerlas todas, es recomendable una tabla polivalente que pueda servir en diferentes terrenos.